Es
el tiempo en que
la
sed vaga sobre los labios,
el
hambre se abre senderos y obliga
a
tener empatía y corazón,
porque
entre los bailes de la vida
solo
me queda la necesidad de saber,
en
sorbos de esperanza,
de
un futuro mejor.
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Los
pobres tienen el hambre y la sed
en
los ojos, en los bolsillos
y
en los boquetes de los zapatos
pero
la meta es verde, verde de
esa
tierra que llama y que se sueña
cuando
allá aún no brilla la ilusión.
Es
el tiempo en el que hay sembrar
en
lo mas profundo y a tientas,
la
canción del errante soñador,
frente
a un trazado nuevo
por
conquistar y resaltar su color.
Es
el tiempo en que las ansias
se
forman, florecen y se agigantan
y
allí llegamos todos y todas
a
ese nuevo espacio a ganarnos
la
tierra de nuevas músicas, de ansias
de
calor, de reminiscencias y de ilusión.
Este
ese el tiempo, en que nace el poeta.